En busca del cronista mayor

Un charla con Germán Castro Caycedo

Para el cronista viajar es una conexión indisociable con la escritura, por ello, no es fácil encontrarlo en un sitio fijo, siempre está moviéndose, conociendo gente, descubriendo historias. La ubicuidad es el don más importante de los cronistas, junto con el poder de conversación y de observación.

Encontrar al mayor representante de la crónica latinoamericana es fácil, pues además de sus constantes periplos, la comunicación virtual del correo electrónico no es afortunada, aunque esté permanentemente en la red social de Facebook con su perfil, grupos de admiradores y seguidores y un espacio dedicado a su último libro. Un celular nunca se encontró y varios correos no fueron suficientes. El hombre sabe cómo esconderse y, al mismo tiempo, estar presente: cualidad de un buen cronista, también, para pasar desapercibido e integrarse como alguien más de la comunidad, del paisaje, del entorno…

Pero luego de una gran odisea se pudo establecer el lazo con el hombre que mejor ha contado la realidad de su país, al heredero de Martí y de Rubén Darío, pero también al seguidor de la metodología usada por Malinowski para comprender la cultura del otro.

Germán Castro Caycedo está de viaje e hizo un alto para hablar con Chasqui de lo que mejor sabe: la crónica.

Las fotos lo muestran siempre risueño, y su voz confirma esa postura ante la vida, a pesar de que denota una carraspera típica del cachaco (serrano, del altiplano, etc.), su tono da confianza y serenidad para conversar amigablemente de cualquier tópico.

Seguir leyendo